Pintando las trincheras.

"Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra". José Martí

domingo, 20 de noviembre de 2011

Memorias de un maestro que se va (cuarta entrega)

Cuando era Director del Primario de Santa María de los Angeles ( Barrio de Saavedra) teníamos un protocolo de convivencia que permitía una escala de sanciones en caso de no cumplirse las pautas por todos conocidas. Entre ellas estaba el libro de disciplina que admitìa tres "firmas" antes de la "suspensión" del alumno.
Era un enorme y antiguo libro que ya se usaba en administraciones anteriores.
Cierta vez enviaron a la Dirección un chico de sexto grado que había golpeado a dos compañeras durante el recreo.
Ya había sido observado en otras ocasiones , de modo que correspondía su primera firma en el libro de disciplina. Saqué el pesado libro de un estante y me disponía a redactar el fundamento de esa medida.
El chico, sentado frente a mi escritorio me dijo:
- Director, yo firmo, es cierto, les pegué. Pero me gustaría saber cuántas chicas firmaron ese libro.
La verdad que a mí también me entró esa curiosidad y me puse a hojear hacia atrás. Todos varones. Y por motivos de violencia física. Tuve que llegar hasta tres años antes de que yo tomara la Dirección para encontrar una firma de una niña que le había dado un cachetazo a una compañera.
Miré al alumno y le comenté mi hallazgo.
-¿Sabe qué, Director? - me dijo- están hace una semana fastidiándome con que me gusta Gabriela. Y hoy me dijeron maricón porque no me animé a darle un beso en el baile del sábado. Entonces las "emboqué".
-¿Quiénes fueron? - pregunté
- No soy buchón, Director- me contestó.
Redacté el motivo y el alumno firmó el libro de disciplina.
Lo acompañé al aula. Pregunté quienes habían sido las que "cargaron" al compañero. A pesar que nadie se levantó las miradas se dirigieron instintivas hacia dos de las chicas que se sentaban juntas. Les pedí que me acompañaran a la Dirección y después de confirmar por sus propios dichos lo comentado por su compañero firmaron el libro de disciplina por una violencia que a veces duele más que la física: la violencia verbal, la humillación a través de la palabra, la agresión de poner en el centro de las burlas a otra persona.
Ese día aprendí que no solo lo que ven mis ojos es lo evidente, sino que lo que no ven puede ser el desencadenante de una conducta destructiva. Y a veces los docentes se nos escapa esa mirada fina, sea mujer o varón, quien, desde las sombras, ejerce ese tipo de violencia.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Agresión

Hoy no puedo escribir la entrega que hago cada quince dìas de las "memorias del maestro que se va".
Ayer en la Legislatura fueron agredidos varios maestros que estaban manifestando su oposición al estatuto que quiere imponer el pro.Y entre esos docentes fue agredido un gran director y mejor persona, Ricardo, simplemente, Ricardo.
Está internado porque se descompensó.Los delincuentes mediáticos los quieren hacer pasar como un grupo de exaltados que quiso "asaltar la legislatura"
Les abrieron las puertas y cuando entraron pacíficamente las cerraron y les pegaron a los docentes. Ricardo quiso defender a sus naestras y se descompuso. Una trampa. Como este gobierno tramposo que puede haber sido elegido democráticamente pero gobierna autocráticamente y con métodos mafiosos.Quisiera seguir contando las historias de mi vida docente. Pero otro día. Hoy estoy preocupado por Ricardo que sigue internado. Y estoy indignado por la mentira mediática. En la Ciudad de Buenos Aires la educación está en manos de gobernantes que no tienen la auroridad moral ni la idoneidad necesaria para ejercer el mandato que recibieron.