Pintando las trincheras.

"Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra". José Martí

lunes, 24 de septiembre de 2012

Hace doscientos años, aunque Buenos aires todavía no se enteró,los tucumanos y Belgrano salvaron la Revolución.

Hoy, 24 de septiembre, se celebra un feriado único que es devaluado por los deformadores de opinión que  trabajan en el grupo que el 7 de diciembre tendría  que hacer algo a lo que no está acostumbrado, obedecer la ley.

Hace doscientos años, Manuel Belgrano, con un ejército formado en su mayoría por tucumanos vencieron a un ejército español que lo doblaba en número y en armamentos.
El enorme Manuel, que venía bajando de Jujuy escapando de la ofensiva realista recibió la orden de Buenos Aires de replegarse a Córdoba pero en lugar de enviarle refuerzos Rivadavia estaba entretenido en traicionar a Artigas y fusilar a   por lo menos veintisiete patriotas  que se oponían a que  con la ayuda de los ingleses  se hicieran  negociaciones con los portugueses para regalarles la Banda Oriental. Los porteños, quienes todavía no golpeaban cacerolas, solo querían usar a Belgrano y a los tucumanos para que le hicieran de  barrera, así  PìoTristán, general español, no llegaba a Buenos Aires para arruinarles los negocios que tenían con los ingleses.
Pero Belgrano se encontró con un pueblo tucumano que le pidió que no retrocediera más y que enfrentara definitivamente a los españoles. Y Belgrano, que no era un gran estratega, les armó una trampa al ejército realista, le cayó por los flancos y los hizo retroceder hasta Salta, donde el año que viene, en febrero ojalá también festejemos  con un feriado la batalla que le iba a dar el golpe de gracia a las aspiraciones españoles de recuperar su colonia,  aunque después se rearmaron   parcialmente gracias a que los gobiernos de Buenos Aires nunca mandaron al norte plata, alimentos ni soldados.
Eso sí,cuando se enteraron , no les importó  que don Manuel haya desobedecido órdenes (porque había ganado) y lo condecoraron y le dieron dinero que Belgrano donó para hacer cuatro escuelas en Tucumán que ni Rivadavia ni ningún gobernarte posterior tuvo intenciones de construir.  Fue el gobierno de Néstor Kichner,  quien cumplió los deseos de Belgrano ¡Casi doscientos años después!
Es lógico que los porteños le den tan poco valor a este día y hasta se burlen de él diciendo que se hace solo para favorecer el  turismo (otra vez record de turistas en el país y en el extranjero  a pesar de que estamos tan mal). Buenos Aires siempre le dio la espalda al interior y no tiene ni siquiera la dignidad de agradecer que si los "negros" tucumanos no se jugaban la vida hace doscientos años los españoles ya no hubieran tenido quien les impidiera llegar  hasta esta ciudad. Aunque, pensándolo bien, los porteños de 1812 no hubieran tenido problemas en darle la espalda a los ingleses y volver a ser colonia española.
Yo festejo este feriado que aumenta mi admiración por Manuel Belgrano y por los valerosos hombres y mujeres del interior.

viernes, 14 de septiembre de 2012

Noveno round :¿Por quién doblan las cacerolas?




El  13 S producido ayer en la Ciudad de Buenos Aires y algunas provincias no debe ser tomado a la ligera.
No hubo ningún partido político que convocó porque no hay partido de la oposición que pueda tener semejante nivel de convocatoria.
Fue “la gente”,  nada más ni nada menos que “la gente”.
No hubo “pueblo”, nada más ni nada menos no hubo “pueblo”.
Fueron a ejercer el legítimo derecho a protestar. Cortando calles. Cantando el Himno. Llevando pancartas. Como corresponde en una verdadera manifestación. (Aunque muchos de ellos no lo toleren si lo hacen otros)
Y pudieron hacerlo sin que nadie se lo impidiese. Como corresponde en una  verdadera democracia. (Aunque muchos de ellos se sienten más cómodos en dictadura.)
Pero hubo algo que no puede dejarse pasar así nomás: El odio de esa "gente" es peligroso. 
Hubo frases que contradicen lo que piden:
" Andate con Nèstor."
"Mi mucama los votó porque le dieron un terreno"
 "Soy un golpista de la democracia"
 "Quiero irme a Punta del Este y necesito dólares"
 "Acá no hay negros kichneristas". 
"Andate puta" 
Esta "gente" es peligrosa. Les vi el mismo odio que tenían en los ojos los golpistas del 76.

¿Por quién doblan las cacerolas?
Por los intereses individuales de esa “gente”. Ayer eran un montón de “yo”. No había “nosotros” en la plaza.
Son en definitiva los dos proyectos que se han enfrentado siempre en nuestro país:
El individualista  y el colectivo.
No puede suceder  lo que dijo ayer Tinelli: “No nos obliguen a estar en uno de los dos lados.”
Hay que elegir.
O cuido mi quintita y voy a respirar al Planetario cerrando los ojos y quedándome  solo entre cientos de personas.
O me subo al colectivo imperfecto de un proyecto nacional en que la prioridad es el bien común.
Yo prefiero estar del lado  donde las cacerolas de los que menos tienen se usan para cocinar, no para golpear.  Y dentro de ese proyecto, me reservo el derecho a criticar y querer cambiar todo lo que no me guste de él.  
Pero ojo, la mayoría de la "gente" que fue a la plaza de mayo ayer es peligrosa. Mete miedo. Porque odia todo lo que tenga olor a pueblo.                                                  

martes, 11 de septiembre de 2012

Mi último día del maestro con el guardapolvo puesto


Hoy celebré mi último día del maestro con el guardapolvo puesto.
Y lo hice  como en los viejos tiempos. Con un acto en el mismo día, el 11 de septiembre.
Y en el mejor lugar, la calle. A la derecha tenía la Plaza de Mayo que me traía tantos recuerdos hermosos y tristes. Y al frente, la Jefatura de No Gobierno la Ciudad de Buenos Aires.
El escenario era el tráiler de un camión y la escenografía de fondo era la silueta negra del Cabildo que tenía unas ventanas donde empezado el acto iban a asomar las fotos de los seis docentes echados de la escuela de Monte Castro  por el Ministro No Docente Esteban Bullrich.
Y cuando los seis docentes y el portero subieron al escenario el aplauso se sostuvo por más de cinco minutos. La Directora Liliana García dijo que era su último día del maestro y que a pesar de que el día anterior la había pasado muy mal hoy sentía que era el mejor día del maestro de su vida.
Y yo la entendí. Porque me sentía igual. Ahí parado en medio de desconocidos, escuchando las palabras de una madre, la carta afectuosa de un chico, el coraje de los compañeros de la escuela a los que le saltaban lágrimas de tristeza y bronca, y las manos que se unían al cantar  las estrofas del Himno Nacional.
Y sentí que bajaba el telón de mi trayecto docente. Ahí,  en ese momento, en  esa mañana, en ese día del maestro.
Ahora solo quedarán los tiempos del trajinar de los papeles por los despachos burocráticos. Pero  hoy cerré mi vida docente justo en el día del maestro y en el mejor lugar, en la trinchera.