Pintando las trincheras.

"Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra". José Martí

domingo, 25 de agosto de 2013

Pequeña historia de un gran saqueo

En mi pueblo, Arrecifes, había dos canales de televisión locales. ¡Cómo me gustaba verlos! Entre programa y programa pasaban las propagandas del bar de la esquina y la fábrica de soda que estaba al lado de la casa de una tía.
Como había varias compañias de cable cada canal del pueblo les alquilaba los programas que quería o podía.
Pero cuando  Cablevisión se quedó con todo  alquiló su programación a  uno solo de los canales.
Y el otro canal del pueblo tuvo que venderle a precio muy bajo la licencia que había conseguido con mucho trabajo.Y desapareció.
Quedó solamente emitiendo y festejando el  otro canal. Claro, tenia que pagar más pero había eliminado a la competencia. 
Al tiempo  Cablevisión le retiró la programación al único canal que quedaba,  quien le vendió la licencia a precio todavía más bajo. Algún mango tenía que salvar. Y desapareció.
Y desde entonces en mi pueblo, que ya es ciudad, el que tiene cable ve más de setenta canales emitidos por una sola compañia.  Y en algún tiempo   también miraba las tribunas de una cancha de fútbol si no agregaba  algunos billetes  a la ya elevada suscripción.
Lo que no pude seguir viendo desde que llegó Cablevisión a mi pueblo fueron las propagandas del bar de la esquina o las de la fábrica de soda. Igual no las vería porque el bar ahora es un Restó y la fábrica un Shoping. Así que no se de qué me quejo.
(Nota: esto es parte de lo que se está jugando con la ley de medios. El miércoles, a Tribunales)

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