Durante una
semana entera, todas las pantallas de televisión, las portadas de todos los
diarios, los programas de todas las radios, las conversaciones en calles,
colectivos y casas se ocuparon de un tema excluyente: Habemus Papam .
De pronto, en el
día octavo, el diario de mayor tirada de la Argentina descendió en picada a
asuntos terrenales de suma gravedad: Nos avisó que el dólar se acercaba a los
nueve pesos.
Desde 2007 ya
habían intentado en siete ocasiones un golpe de mercado. Y siempre escondidos
detrás de hechos de masiva repercusión : el estallido de la burbuja
inmobiliaria yanqui, el alzamiento “del campo”, la crisis europea,las elecciones
presidenciales y otros.
Pero esta vez la
ocasión era la más favorable. Amparados en la elevación espiritual de la mayoría de la población resonaron los primeros ruidos que nadie
escuchó o no quiso escuchar.
Videla llamó al
ejército a levantarse en armas. Un hecho de enorme gravedad que no provocó la
reacción contundente de todo el arco político, sino voces aisladas.
Mientras todos
los medios admiraban a Francisco por su
humildad al llamar al diariero para que
ya no le llevara nada menos que La Nación muchos de sus privilegiados lectores
armaban el plan.
Cristina,
visiblemente emocionada, estaba
distraída desenvolviendo un mate y la correspondiente bombilla para regalarle al Papa.
Y en la mañana
del octavo día, todos nos levantamos con la sorpresa que la vida no vale nada
si no tenemos nueve pesos para comprar
un dólar.
Mientras se le
decía al pueblo pobre que lo mejor es que se quede pobre porque así lo quiere Dios, los dueños
del poder fugaban miles de dólares que
compraban en el mercado negro creando un clima de incertidumbre generalizado.
El mismo González
Fraga se animaba a amenazar declarando que los especuladores (nombre y apellido por
favor) disponían de diez mil millones de pesos para invertir en el mercado
ilegal. (cómo lo sabe, nadie se lo preguntó)
ADECUA, la
agrupación de la prensa “independiente”, denunciaba desde distintos medios de prensa
que no había libertad de prensa.
La Afip, para
regocijo del enemigo, no se le ocurrió mejor momento para aumentar un cinco por
ciento al uso de tarjeta de crédito en los viajes al exterior. Les servía en
bandeja la excusa exacta para iniciar la estampida.
El gobierno entró
en un mutismo insólito mostrando que también había sido pillado mirando a Roma
y se vio el patético espectáculo de un Moreno que parecía que estaba negociando
con los negreros del dólar.
El objetivo
principal no es derrocar al gobierno, sino disciplinarlo. Una devaluación que
logre la ansiada transferencia de ingresos a las manos de siempre, el
debilitamiento de la imagen de la Presidenta
frente a las cercanas elecciones
y marcar la cancha para que todos sepan quién es el que manda.
El Papagolpe de
mercado está en marcha. Sus nada austeros mentores se encomiendan a San Dólar. Y no le rezan una oración en italiano, sino la plegaria internacional de las
minorías: Jodete pueblo que estás en la tierra.
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