Pintando las trincheras.

"Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra". José Martí

jueves, 21 de octubre de 2010

Rebelión en el jardín de infantes

El primer y único acto de rebelión “ hasta las últimas consecuencias” que realicé en mi largo recorrido por las escuelas fue justamente apenas ingresé al sistema : en jardín de infantes.(Así se llamaba en aquel entonces y no había salitas de 2,3,4 y preescolar, solo jardín de infantes)
Corría el mes de septiembre y decidí no entrar más a la sala por razones que no le aportan nada a este relato. Me atrincheré en la cocina y me pasé los últimos dos meses y medio del ciclo lectivo comiendo dulce de leche directamente de la enorme y redonda caja de cartón, saboreando el mate cocido con leche recién salido de la inmensa olla y jugando a cosquilla limpia con el perro de la cocinera.
Aprovechaba el momento en que la señorita venía casi a rogarme ( la culpa le hacía reconocer al menos con ese gesto que había sido la gran responsable de mi decisión amotinada) que al menos compartiera los juegos en el patio con mis compañeros. Yo, quien empezaba ya a desarrollar mis dotes actorales, me hacía el ofendido pero detrás de ese rostro compungido había una enorme sonrisa que explotaba cuando salía al patio a hacer realidad el mayor sueño de un alumno : ¡ir a la escuela solamente para disfrutar de los recreos! Hasta la victoria siempre.

1 comentario:

  1. Si que la escuela es la segunda casa, seguro estabas con mas libertad en esa cocina que en la propia, y con recreos llenos de juegos imaginarios, ¡viva la escuela! ojala nadie quedara fuera de ella

    Juan, perdí el mail donde me llegaban tus noticias, por favor cambiame con este nuevo, mirellamartinezgonzalez@hotmail.com

    gracias! un abrazo!

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