Pintando las trincheras.

"Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra". José Martí

sábado, 17 de diciembre de 2011

Navidad en las Trincheras

La Navidad es una fecha de la infancia.
Se esperan los regalos, se espera la reunión familiar. Se esperan las cosas que no se comen todos los días. Hay un arbolito con luces y en algunos lugares un niño en una cuna de madera.
Se suelen ver películas en donde nieva y donde hay un hombre de rojo con barba blanca que dice ho ho ho.
O a veces esa infancia en Navidad no tiene nada de todo eso. Y sí se parece a lo que los cristianos han simbolizado con un pesebre (una covacha donde vivían los animales), y una familia que tiene que recibir a su hijo acostándolo en el lugar donde ponen la comida para esos animales y en medio del desamparo.
Sí, la Navidad es una fecha de la infancia. O de aquellos que todavía conservan grandes o pequeños territorios de infancia en sus vidas. Porque los niños no son adultos pequeños y sí los adultos somos niños crecidos. Y al crecer hemos dejado girones de piel y alma en el camino. Pero quizás no hemos perdido al niño. No al que se dice que "tenemos en un rincón del corazón", que parece una imagen de algo que está arrumbado en un altillo. No, hablo de ese niño que todavía conserva la capacidad de asombro y por eso tiene intacto el espíritu de la Navidad.
Sí, seguramanete en la mesa faltará alguien o varios. Pero habrá otros nuevos. O estarán los que estén. Entonces, al brindar propongo cambiar el protocolar "feliz navidad" por el "te quiero mucho" susurrado al oído de aquellos que amamos.
El espírutu de navidad que tiene esta trinchera es la del desamparo que solamente se convierte en amparo con afecto. Afecto del bueno, que protege, que no somete, que cuida, que está atento, que no invade, que acaricia, que está presente, que no está omnipresente, que acompaña, que deja ir, que pide perdón y dice te quiero.
A los cristianos les ha nacido un niño en medio de la nada, los hombres le han cerrado las puertas y ese niño es su Dios.
A los hombres del mundo, tan interconectados, tan tecnificados, tan facebookeados, nos ha nacido un frío solitario que sole puede ser derretido por un "te quiero" dicho a tiempo.
Esta trinchera se despide del 2011. Cerca de la Navidad. Fue y es escrita por un niño crecido.
Los que reciban este mensaje sabrán que este niño les está diciendo a su modo "los quiero".
Ho, ho, ho. No tengo barba pero sí pelo blanco. (No arrojen pirotecnia) aunque es lindo asombrarse viéndola moverse en el cielo justo después de medianoche.

3 comentarios:

  1. "A los hombres del mundo, tan interconectados, tan tecnificados, tan facebookeados, nos ha nacido un frío solitario que sole puede ser derretido por un "te quiero" dicho a tiempo".

    Qué bueno, Juan. Graciasss!!! Te quiero hermano. Nos vemos

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  2. "A los hombres del mundo, tan interconectados, tan tecnificados, tan facebookeados, nos ha nacido un frío solitario que sole puede ser derretido por un "te quiero" dicho a tiempo".

    Qué bueno, Juan. Graciasss!!! Te quiero hermano. Nos vemos.
    Eugenio Perrone

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  3. !!Muy lindo lo expuesto y muy cierto y nunca mejor dado ese consejo... pasa que en este mundo que vivimos a veces es tan fácil como difícil decir "te quiero". Un abrazo primo adoptivo y aguante la gallina.. "ya que estamos"..

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