Pintando las trincheras.

"Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra". José Martí

sábado, 14 de abril de 2012

Derrumbando Mitos: "Los maestros trabajan cuatro horas"

Sarmiento pensó la tarea docente para que fuera desempeñada por mujeres. Por eso trajo las primeras maestras de Estados Unidos.
Esta concepción nacía del pensamiento que la mujer podía dedicarle media jornada a trabajar en una tarea que era vista como maternal (“la segunda madre”) y el resto del tiempo lo tenía para su casa, para sus hijos y para su esposo que traía el salario “fuerte”.

Mi vieja me decía que en su pueblo a principios del siglo pasado si una mujer quería trabajar estaba habilitada para hacerlo en el negocio de su marido, siendo enfermera o maestra. Mi vieja quería ser actriz y el cura casi la excomulga en una misa dominical. Pero esto último es otro tema. Quiero decir que hubo un tiempo en que ser maestra era un incipiente intento de independencia laboral para la mujer. Se le permitía trabajar, pero cuatro horas.

Era un tiempo donde los chicos estaban quietitos en sus bancos, casi no hablaban y se podía corregir en clase, hacer el registro sin tachaduras ni enmiendas y no había que planificar nada porque todo venía desde arriba con libros y métodos que duraban décadas.

Pero el tiempo fue pasando y la cosa cambió. Aparecieron los maestros varones (pocos pero aparecieron). El sueldo del hombre dejó en muchos casos de ser “el principal”. La mujer empezó a tomar jornadas completas, o dos simples. Los métodos de enseñanza se perfeccionaban año tras año y la oferta de textos escolares aumentó. Los bancos empezaron a ponerse en círculo y los chicos a salir de ellos, moverse dentro de la clase y hablar hasta por los codos.

Pero lo que no cambió es el mito popular: “los maestros trabajan cuatro horas” que alimentó recientemente la Presidenta y el Ministro Bullrich.

Primera sorpresa: El docente de un turno llega a trabajar cuatro horas cincuenta FRENTE A LOS ALUMNOS
Una o dos veces por semana hay que entrar veinte minutos antes para cuidar a los chicos que llegan temprano porque sus padres deben irse a trabajar. Y el horario de salida es quince minutos después que terminan las famosas cuatro horas. Y en general, si uno tiene un grado del primer ciclo debe quedarse esperando a un padre o madre que se retrasó.
Esto redondea cuatro horas cincuenta.
El docente se va al otro turno, comiendo en el colectivo o dejando el almuerzo para la hora de la cena porque debe llegar a la otra escuela que ojalá este cerca porque tiene que estar diez minutos antes de la entrada (si ese día no le tocan los veinte minutos) Y el horario de la mañana se repite con la diferencia que a la tarde algunos padres suelen tardar más en buscar a los chicos y los docentes suelen estar esperando hasta pasadas las cinco y media. Pero dejémoslo en cuatro horas cuarenta.

Segunda sorpresa: El docente de dos turnos llega a trabajar diez horas y media FRENTE A LOS ALUMNOS.

Y todo el trabajo de preparación de clases, planificación, corrección y perfeccionamiento docente lo tiene que hacer fuera del horario de trabajo frente a los alumnos.
Y el del perfeccionamiento docente no es un tema menor. Porque la realidad se modifica día a día, los medios tecnológicos avanzan a la velocidad de la luz y la problemática cambiante de la familia actual exige un docente permanentemente actualizado. Y lo sabe bien Bullrich porque en cada empresa que estuvo (todas privadas, ninguna ligada a la educación) todos los cursos de actualización a su Licenciatura en Sistemas los hizo dentro del horario laboral. Claro, no tenía que atender alumnos, porque nunca trabajó como docente.
Estábamos en diez horas y media por día. ¿Cuánto le podemos agregar de todo el trabajo docente sin estar al frente de los alumnos? ¿Dos horas y media más para hacerle precio? Bien sumemos:

Tercera sorpresa: Un maestro trabaja por día alrededor de trece horas. (No le facturamos lo que hace en el fin de semana porque si no, no le va a alcanzar el presupuesto para hacer la segunda escuela que está construyendo desde que empezó su gestión)

Entonces, que alguien le avise a Cristina, a Esteban y a toda la sociedad que el mito “Un maestro trabaja cuatro horas” ha sido derrumbado.
Ahora ha sido reemplazado por “un maestro trabaja por día alrededor de TRECE HORAS”. Sí, por supuesto, aquí están excluidos los que quedan trabajando un solo turno y los que trabajando dos son unos “guitarreros/as” que entran a clase sin preparar nada y hacen cursos truchos para obtener puntaje. En todo trabajo hay ñoquis. Los ministros/as lo saben muy bien. Sobre todo la Ministra de ¿Bienestar Social? ,Carolina Stanley, que se quedó paseando por Punta del Este mientras en la Villa 31 el temporal destrozaba casas y perdía la vida un chico de trece años aplastado por un árbol.

Post artículo: Se darán cuenta que no nombré a MM. Es que no existe, siempre está de vacaciones (¿volvió de San Martín de los Andes?) y nunca gobernó, solo firmó vetos que dañan el tejido social de los habitantes más humildes de la ciudad.

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