Pintando las trincheras.

"Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra". José Martí

sábado, 2 de junio de 2012

¿Qué es estar en la trinchera?

Estar en la trinchera es estar ahí, en la escuela, dentro de la escuela, sintiendo la adrenalina que recorre el cuerpo del docente  en cada hora de clase.
Estar en la trinchera es estar despierto todo el tiempo en que transcurre el horario escolar, es tratar de respirar después de una situación estresante, es poder tomarse cinco minutos para tomarse un tè o un mate.
Estar en las trincheras es poder reirse con los chicos y los compañeros, es putear cuando se busca el recibo de sueldo por internet, es emocionarse con un pequeño logro del grupo que le ha tocado y es tener ganas muchas veces de tirar todo a la mierda... pero no hacerlo.
Estar en la trinchera es algo que solo saben los que están en las trincheras, todos los días, con todas las horas de todos los días, con todos los recreos, parados en el patio de todos los días, lidiando con los problemas de todos los días y con la convicciòn de saber que todos los días se vuelve a elegir la trinchera porque ese es el único lugar donde, de ser posible, se puede lograr algún cambio.

Por eso habría que agregar en el reglamento escolar que todo supervisor o adjunto, todo aquel que salga en comisión de lo que sea, todo ministro, asesor o coordinador de cualquier programa escolar, todos los capacitadores,  escribientes de diseños o circulares que contengan directivas ya sea administrativas como pedagógicas, cada cuatro años de estar fuera de las trincheras, deba volver a ellas por un mínimo de dos años. Y despuès sí, que vuelvan  a sus tareas jeràrquicas o  sus asesorías o a sus coordinaciones.

Las trincheras escolares de los últimos años se están tornando insalubres. Muchos de los que aún están adentro ya se han rendido. Otros todavía siguen luchando pero sus mayores enemigos son el desánimo y la frustración. Hay quienes llenan de flores cada rincón de las trincheras y hay quienes reparten sonrisas en lugar de broncas. Lo que sí es cierto es que las trincheras actuales son anacrónicas, no pueden contener ni a los chicos, ni a los docentes ni a los padres de este tiempo. Y menos pueden cumplir con el objetivo de defenderse de la ignorancia y construir aprehendizaje. Hay que armar otra estructura.
Y por supuesto, no lo van a hacer los que se van de las trincheras a puestos de decisiòn y a los pocos años se olvidaron como era la vida en ese lugar. Y si alguien quiere sugerirles algo hay que "elevar" una nota. ¿Arriba de dónde se fueron? 

Ministros, asesores, supervisores, pedagogos... a ponerse el guardapolvo, los esperamos en estas trincheras, a ver si podemos entre todos renovarlas. Vengan, no tengan miedo, no mordemos (todavía),los esperamos con mate y facturas.

1 comentario: