El 13 S producido ayer en la Ciudad de Buenos
Aires y algunas provincias no debe ser tomado a la ligera.
No hubo ningún partido
político que convocó porque no hay partido de la oposición que pueda tener
semejante nivel de convocatoria.
Fue “la gente”, nada más ni nada menos que “la gente”.
No hubo “pueblo”,
nada más ni nada menos no hubo “pueblo”.
Fueron a ejercer
el legítimo derecho a protestar. Cortando calles. Cantando el
Himno. Llevando pancartas. Como corresponde en una verdadera manifestación. (Aunque
muchos de ellos no lo toleren si lo hacen otros)
Y pudieron
hacerlo sin que nadie se lo impidiese. Como corresponde en una verdadera democracia. (Aunque muchos de ellos
se sienten más cómodos en dictadura.)
Pero hubo algo que no puede dejarse pasar así nomás: El odio de esa "gente" es peligroso.
Hubo frases que contradicen lo que piden:
" Andate con Nèstor."
"Mi mucama los votó porque le dieron un terreno"
"Soy un golpista de la democracia"
"Quiero irme a Punta del Este y necesito dólares"
"Acá no hay negros kichneristas".
"Andate puta"
Esta "gente" es peligrosa. Les vi el mismo odio que tenían en los ojos los golpistas del 76.
¿Por quién doblan
las cacerolas?
Por los intereses
individuales de esa “gente”. Ayer eran un montón de “yo”. No había “nosotros” en
la plaza.
Son en definitiva
los dos proyectos que se han enfrentado siempre en nuestro país:
El individualista y el colectivo.
No puede suceder lo que dijo ayer Tinelli: “No nos obliguen a
estar en uno de los dos lados.”
Hay que elegir.
O cuido mi
quintita y voy a respirar al Planetario cerrando los ojos y quedándome solo entre cientos de personas.
O me subo al
colectivo imperfecto de un proyecto nacional en que la prioridad es el bien común.
Yo prefiero estar del lado donde las cacerolas de
los que menos tienen se usan para cocinar, no para golpear. Y dentro de ese proyecto, me reservo el
derecho a criticar y querer cambiar todo lo que no me guste de él.
Pero ojo, la mayoría de la "gente" que fue a la plaza de mayo ayer es peligrosa. Mete miedo. Porque odia todo lo que tenga olor a pueblo.
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