Pintando las trincheras.

"Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra". José Martí

domingo, 25 de marzo de 2012

Sin trincheras a la Plaza de las Madres

No cavamos trincheras en la Plaza de las Madres, levantamos banderas. Nos juntamos con las Madres, con las Abuelas y con los Hijos y los Nietos. Los verdaderos dueños del 24 de marzo. Un 24 que tiene más color y sabor a justicia desde que Néstor primero y Cristina después impulsaron desde la política lo que es hoy el enjuiciamiento masivo más grande del mundo a genocidas y desde ahora a sus cómplices civiles.
En la plaza había un mundo muy apretado que tenìa un comùn denominador: Juicio y Castigo. Y se sumaban los nombres de Ferreira y López, de Marita y Arruga.
Después las divisiones, las dos marchas y los sueltos. Los artistas, malabaristas y agrupaciones a quien nadie disciplina, por suerte. Salen a decir lo suyo danzando o tirando clavas al aire. Se escuha un discurso donde se dice que este es el gobierno que no reprimió las protestas sociales y otro discurso anuncia que este gobierno criminaliza la protesta social. Los radicales que se animan a salir a la calle con pancartas y la izquierda siempre purista, siempre virgen de corrupción porque nunca gobernó nada, los hostiga, los silba, los chicanea.
La ausencia absoluta del pro y todo lo que sea derecha cómplice de la dictadura, ahora representado por los que quieren cerrar grados en la ciudad.
¿La Iglesia? ¿alguien la vio? Sí, curas de comunidades de base había. Pero la Iglesia institución ¿alguien la vio?
Hubo un mundo en la plaza. Unificado en el Nunca Màs y en seguir metiendo presos a los asesinos y sus colaboradores. Haciendo su Homenaje a las eternas luchadoras de esta epopeya: Las mujeres de los pañuelos blancos. Con ellas estuvo trincheras. ¿Las divisiones? Que las asuma el que quiera tener afán de protagonismo. Pero que no empañen el objetivo. Y que se reconozca que si estos 24 de marzo tienen esta repercusión , ademàs de la voluntad de un pueblo que ya no come vidrio, se debe en gran parte a que un día Nèstor ordenó quitar los cuadros de Videla y Bignone y con eso dio la patada inicial para que se aceleren juicios en todo el territorio del país.
Casi nos quedamos en las trincheras. Suerte que salimos y fuimos a la Plaza de las Madres.

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